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Grupo Tortuguero
Rescatando a las Tortugas del desfiladero
BARBARA D. ANDREWS
Los tortugueros han regresado a Loreto. Han venido
a este pequeño pueblo de Baja California en el Mar de Cortés
para la séptima reunión anual del Grupo Tortuguero-conservacionistas
de tortugas marinas. Lo que comenzó como una reunión de
algunas 45 personas preocupadas por la disminución de las poblaciones
de tortuga marina en la península, se ha convertido ahora en la
principal reunión de grupos comunitarios conservacionistas de esta
región.
Hoy, más de 300 individuos representando a 30 comunidades mexicanas,
además de instituciones académicas, agencias de gobierno
y organizaciones no lucrativas en México y estados Unidos asisten
a esta cita. Ellos están aquí para conocerse entre ellos,
compartir conocimientos y comunicar su mensaje al público. La revolución
está en el aire.
Entre los tortugueros veo a uno que resalta del resto. Él tiene
una larga melena negra y una amplia sonrisa. Conocí a Julio Solís
por primera vez hace cuatro años, mientras seguía, capturaba
y marcaba tortugas marinas en Bahía Magdalena, Baja California
Sur. Solís creció cerca de Acapulco donde su padre trabajo
como pescador. Cuando niño, el veía a las tortugas marinas
como una buena captura y un alimento apetitoso. “Las tortugas marinas
no podían importarme menos, eran iguales a cualquier otro animal”.
Ceremonia
Seri para la Laúd
Después de que la conferencia del Grupo Tortuguero se clausura,
algunos de nosotros acompaña a un grupo de indios Seris a un
punto remoto a lo largo de la costa del Pacífico donde llevarán
a cabo una ceremonia tradicional de cuatro días para la tortuga
laúd.
Una de las pocas tribus nunca conquistada totalmente por los españoles,
hasta la fecha los Seris viven relativamente apartados en noroeste
de Sonora manteniendo su lenguaje Comcáac y mucha de su cultura.
Los Seris consideran a las laúd ancestros sagrados que deben
ser venerados y protegidos. Pero ya han pasado más de 20 años
desde que los Seris pudieron realizar su ceremonia tradicional porque
muy pocas laúd han sido vistas en la punta norte del Mar de
Cortés. Se cree que solo 2,300 adultos de laúd quedan
en todo el Pacífico. La ceremonia a la que estamos asistiendo
es para mantener una esperanza y una tradición viva para el
regreso de las tortugas.
Siete horas después, mientras Cleotilde, una anciana Seri canta,
nosotros nos apresuramos por una brecha en algún lugar al norte
de Todos Santos, porque los biólogos locales nos han dicho
que están esperando que un nido de laúd eclosione esta
noche. Llegamos a Agua Blanca justo cuando la primera cría
de laúd rompe la superficie de la arena. Cleotilde comienza
a llorar e inicia la ceremonia con una canción para la tortuga.
Durante los cuatro días siguientes Cleotilde enseña
los ritos ceremoniales a los jóvenes Seris. Nos pintamos nuestras
caras, jugamos juegos Seris y bailamos mientras Cleotilde Canta. Mientras
el sol se pone en el tercer día, nuestra procesión se
enfila hacia la playa, donde liberamos nueve crías de tortuga
laúd. Las crías hacen su camino hacia el mar abajo,
mientras aves vuelan sobre nosotros y ballenas grises saltan a algunas
yardas de la orilla como respondiendo a la canción de Cleotilde.
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Chris Pesenti es Co-Director de Pro Peninsula en San Diego. |
El mantuvo esa actitud incluso mientras trabajó
como panguero para el Centro de Estudios Costeros o School for Field Studies
(CEC-SFS), un instituto internacional de investigación ecológica
con base en Bahía Magdalena. En SFS, estudiantes de todo el mundo
monitorean recursos marinos, incluyendo ballenas grises y tortugas.
“Siempre fui un rebelde cuando niño y la conservación
era la última cosa en mi mente”, dice Solís. Pero
su percepción cambió después de que conoció
a Wallace “J” Nichols, un biólogo investigador de tortugas
marinas y co-fundador del Grupo Tortuguero, cuyo mensaje tocó el
corazón de Solís. “Había algo que reconocía
dentro de J. El era mi hermano espiritual – nunca fui el mismo después
de eso”.
Solís no solo llevó el mensaje de conservación de
tortugas marinas al corazón, sino que lo llevó directamente
a la comunidad. “He comprendido mi papel ahora, levantar a otros,
hacerlos los mensajeros- hacer a otros lo que J hizo por mi. Algunas veces
los fines de semana, llevamos a cabo carreras de autos. Me gusta utilizar
los eventos para traer dinero a la comunidad y promover la conservación
de tortugas marinas”. Mientras la percepción de Solís
ha cambiado, no ha perdido ni una onza de estilo. “Sigo siendo un
rebelde”, dice, “pero ahora soy un rebelde por la conservación”.
Durante los últimos siete años, los equipos de monitoreo
de tortugas marinas del Grupo Tortuguero (ahora apoyados por Pro Peninsula,
una organización sin lucro con base en San Diego), han aprendido
a monitorear tortugas marinas mediante su marcado, la toma de sus medidas
y anotando sus hallazgos para la ciencia. Su junta de monitoreo del 2004,
llevada a cabo en el sofocante calor de agosto, fue la primera en incluir
equipos de sitios de anidación de tortugas marinas.
Los hallazgos registrados por Solís fueron alarmantes; solo 14
tortugas atrapadas y marcadas durante 216 horas de esfuerzo en Estero
Banderitas, mientras que 271 tortugas, la mayoría tortugas verdes
del Pacífico, fueron encontradas muertas. De la inspección
de basureros en las comunidades locales y playas, Solís y sus colegas
determinan que la principal causa de muerte es: el saqueo humano.
La reunión del Grupo Tortuguero de este año adoptó
el tema “Revolución Tortuguera”. La preocupación
por las tortugas marinas realmente está creando una revolución
entre muchos pescadores y sus familias. Los ponentes hablan sobre una
gama de tópicos, desde las amenazas a las tortugas marinas –mucho
saqueo ilegal y captura incidental por redes y palangres- hasta la relación
entre los ecosistemas de las tortugas marinas y la salud humana. Otros
hablan acerca del cumplimiento y los cambios en la percepción pública.
Sin embargo el corazón de la junta todavía se compone de
conservacionistas comunitarios como Solís, pescadores que vienen
a decir acerca de si trabajo, los obstáculos a los que se enfrentan
y los logros que han obtenido durante el año anterior.
Otro tortuguero que caprtura mi atención es Cesareo “Charo”
Castro. Castro creció con un fuerte sentido de apreciación
por lo silvestre y, percatado de los crecientes problemas ambientales
que lo rodean, solo podía sentir frustración. Luego, a mediado
de los 1990’s se entrevistó con una compañía
de ecoturismo que necesitaba guías locales. Lo enseñaron
a usar el kayak, inglés y más acerca de la historia natural
del lugar. Muy pronto se dio cuenta de que podía utilizar ese nuevo
conocimiento para ayudar a educar a su comunidad.
El predicamento de las Tortugas ha cambiado definitivamente para peor
en las últimas décadas. Castro reflexiona sobre los años
en que las tortugas se congregaban en la boca de Soledad cerca de su pueblo
natal en López Mateos entre Marzo y Junio. “Era difícil
maniobrar las pangas en el agua. Las tortugas estaban en tal cantidad
que era como un sembradío de sandías”. Hoy los pangueros
no tienen problemas para navegar.
Pero las actitudes locales han probado ser duras de cambiar. Tres días
antes de la reunión, los parientes cercanos de Castro lo invitaron
a cenar. A pesar de que sabían que el era un ávido conservacionista,
le preguntaron si quería comer carne de tortuga con ellos. El se
negó y todos observaron mientras Castro comió pescado solo.
Antes de irse preguntó a su anfitriona si alguna vez comió
tortuga durante la Semana Santa. Las costumbres cristianas prohíben
el consumo de carne durante la Semana Santa, por lo tanto muchos mexicanos
comen tortugas marinas creyendo que son peces. Después de que ella
admitió que si lo había hecho, Castro le explicó
que las tortugas son reptiles y no peces, que tienen carne roja y que
no siempre mueren rápidamente mientras están siendo destazadas.
Ella creyó que estaba bromeando. Después de que Castro se
fue, sus parientes salieron al patio trasero a comer platos ilegales de
sopa de tortuga.
A pesar de la dificultad que Castro experimenta tratando de comunicar
la importancia de la conservación a los adultos, ha tenido éxito
con niños locales y jóvenes pangueros en su pueblo natal.
Ellos le piden clases de inglés y buscan intimar con ellos con
la esperanza de ganar la confianza suficiente para dirigir viajes de observación
de ballenas y otros tours ecológicos. “A veces siento que
he sido un ejemplo para mi pueblo natal”, dice.
Las
cinco Tortugas de Baja California
Las Tortugas han habitado la tierra por un estimado de 150 millones
de años. Cinco de las siete especies de estos carismáticos
reptiles, vienen a Baja California a alimentarse o a anidar: La tortuga
Laúd (Dermocheys coriacea), tortuga amarilla (Caretta
caretta), la tortuga verde del Pacífico este, también
conocida como tortuga prieta (Chelonia mydas), carey (Eretmochelys
imbricata) y la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea).
Cuatro de las cinco especies están consideradas ecológicamente
extintas- sus poblaciones han caído por debajo del nivel necesario
para llevar un papel útil en su ecosistema. Solo las poblaciones
de golfina muestran fuertes señales de recuperación
debido a la protección de sus sitios de anidación, su
rápida tasa de crecimiento y menor talla de madurez. |
Barbara D. Andrews es Coordinadora
de Proyectos para la nueva Academia de Ciencias de California y es miembro
de la junta de Directores de Pro Peninsula. La Academia de Ciencias de California
ayudó a apoyar la 7a reunión anual del Grupo Tortuguero. |